» NUTRIÓLOGA MARIANA NUÑEZ URQUIZA

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Licenciada en Nutrición

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Si el amor aprieta…

¡No es tu talla!

Otros años he dedicado este espacio a platicar un poco del tema de la rutina y la alimentación cuando se tiene pareja; pero este año quiero hablar de otra clase de dinámica que también influye en temas de alimentación: el amor propio

Varias veces dentro de la consulta escucho gente que viene con el ánimo bajo o la autoestima por los suelos; cosa que aunque a muchos les pudiera parecer obvia (basándonos en el cliché ‘no estoy en peso… no estoy feliz’) la verdad es que es algo de llamar la atención,más por la causa, que la mayoría de las veces va mas allá de lo superficial.

Mucha gente viene sintiéndose fatal o con un trastorno de alimentación francamente marcado, porque se han expuesto desde siempre a las críticas y la humillación de la gente a su alrededor. Es más, muchos de los pacientes que de repente llegan a consulta, irónicamente no tienen más que perfeccionar el peso (pues no hay ningún grado de obesidad o alteración en su masa corporal) Pero… Se sienten ‘feos’, ven lonjas donde no las hay y se describen de una manera bastante despectiva a sí mismos. ¿La causa? Igual que las personas con sobrepe- so, se permitieron comprar una idea errónea de sí mismos, de cómo deben comportarse o vestirse, de qué deben comer o lucir para lograr ser alguien respetable.

Los autores de tan atroces ‘etiquetas’ pueden ser desde los padres o tutores, los hermanos, maestros, amigos o la misma pareja.
Una cosa es que se nos apoye o guíe para tener una buena rutina y alimentación y otra cosa es que se presione a hacer las cosas por ‘agradar’ y con un fundamento que va más allá del estimular a la otra persona a llegar a ser la mejor versión de sí mismos. No siempre la gente puede ser consciente de la causa de sus inseguridades, una gran parte de mis pacientes no recuerda del todo cuándo fue que empezaron a sentirse avergonzados de su cuerpo; pero ahí están una otra vez mandándose mensajes negativos cuando se trata de hablar de sí mismos, mientras intentamos plantear las metas de su programa de alimentación y es ahí donde viene mi más firme recomendación “Si no tienes nada bonito que decir de ti, si no puedes verte al espejo y reconocer tu valía y tus cualidades, que van más allá de la apariencia, entonces… guarda silencio”.

Guarda silencio y no digas nada sobre ti. Solo obsérvate y trata de mirarte jamente a los ojos, hasta que puedas ver en ellos quiénrealmente eres, tu fuerza, tu capacidad de salir adelante, de reconstruirte y reinventarte. Obsérvate en silencio hasta que te nazca decirte todas las palabras de aprecio y reconocimiento que tal vez nunca recibiste de quien esperabas; porque la verdad es que, aunque el amorlial y de pareja sería lo más agradable de recibir, el amor y el aprecio DE TI PARA TI nunca te dejará insatisfecho o inseguro y te alentará aser mejor solo por el placer de sentirte feliz contigo mismo y triunfar.

¡QUE VIVA EL AMOR! Y SI ES PROPIO… MEJOR «

portrait of happy woman